El Departamento de
Biomatemática de la Universidad Complutense actualmente lleva a cabo
una serie de investigaciones muy interesantes. Los profesores que lo
forman son de biomatemática, estadística aplicada y colaboran con
el Instituto Óptico de Madrid. Sus líneas de investigación se
suelen basar en temas de neurocomputación como por ejemplo el
estudio de la creación sistemas nerviosos periféricos que sean
adaptables a una prótesis o estudios sobre receptores sensoriales o
sobre las vías de toma de decisiones en el neurocórtex de
mamíferos.
Alba Martínez i
Quer estudiante de Biología en la Universidad Complutense
actualmente colaboradora del departamento sobre el tema del
dimorfismo sexual. Define la Neurociencia como la disciplina que se
encarga del estudio a distintos niveles de organización y función
de lo que se denomina sistema nervioso tanto el central como el
periférico. Le resulta interesante porque se trata de un campo con
un potencial de exploración muy amplio y también porque el sistema
nervioso está implicado de una forma muy íntima en prácticamente
todas las disciplinas de nuestro cuerpo y naturaleza humana. Lo más
ambicioso para un biólogo que quiere saber el por qué y el cómo de
cómo funciona nuestro organismo.
El proyecto que
ha propuesto es el dimorfismo sexual en el cerebro. En primer lugar,
se define como las diferencias anatómicas y funcionales que se dan
por el mero hecho de pertenecer a un sexo u otro. Este hecho está
muy poco estudiado porque nunca ha sido de gran interés económico
ni científico. En estos últimos años ha habido un auge del estudio
del dimorfismo sexual al comprobarse que está estrechamente ligado
con determinadas probabilidades de padecer o no, todo tipo de
enfermedades o trastornos. Por otro lado la disforia de género,
comúnmente conocido como transexualidad. La orientación y la
identidad sexual siempre ha sido facetas olvidadas de la ciencia.
Bien sea por los prejuicios culturales que ha acarreado estos temas o
bien por el menosprecio desde un punto de vista científico que se
les ha otorgado desde siempre. Cuando empezó el proyecto se percató
de que cada vez habían más evidencias sobre una posible relación
entre la identidad y orientación sexual y ciertos procesos de
dimorfismo sexual tanto hormonales como estructurales. Por eso, le
parece interesante debido a que es un campo con tantas posibilidades
y tan desconocido.
Cuando propuso a su equipo de investigación su
hipótesis le dijeron: “Alba, te estas metiendo en un sitio en el
que tienes que tener cuidado. Nadie te va a querer publicar nada que
vaya a atentar contra un grupo determinado de personas.”
Personalmente, cree que no lo es. Sin embargo, entiende las razones
por las que muchas personas puedan sentirse ofendidas. Cuando se
estudia una determinada anormalidad dentro la estandarización de
determinadas rutas a vías neurofisiológicas y además, conlleva el
tema de discriminación que podría ser objeto de justificación,
aunque sea de una manera incoherente, puesto que la sociedad no está
dispuesta a discriminar a una persona que padece miopía, aun
sabiendo que es una anormalidad dentro de la estructura óptica
estándar.
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